Consejos vendo…

(AVISO: Hoy toca post en modo «desahogo», no leer en caso de alergia a opiniones diferentes a la tuya)

(Avisado estas…)

El embarazo y el postparto es una preciosa época de regalos, aunque sean envenenados y en forma de «consejos», y es que son pocos muy pocos los que consiguen morderse la lengua y quedarse sus consejos para sí mismos

Tenemos de todos los colores, todo el mundo sabe que tienes que hacer,  comprar, usar, tener, comer…

Si coges peso mal. Si no coges peor. Si comes pescado mal. Si no lo comes peor. Si compras cosas pronto mal. Si esperas al último trimestre peor. Si quires parto natural eres una hippy. Si quieres que te droguen como a un caballo es que no tienes capacidad para soportar el dolor y es mal. Si quieres cesárea por lo que sea, porque igual te apetece o te mola tener una cicatriz a modo de recuerdo, fatal porque eso no es parir. Si te preocupas en informarte y documentarte eres una flipada y es que los médicos saben que hacer y tu no tienes que decir nada, ellos son los que tienen que controlar TÚ parto. Si quieres hacer colecho mal. Si prefieres que duerma solo peor. Si lo coges le acostumbras. Si le dejas llorar le creas traumas. Si le dejas ver la tele le agilipollas. Si no le permites contacto con la tecnología le marginas. Si optas por juguetes de madera y materiales nobles eres una loca porque no le permites «disfrutar de las maravillas» del plástico. Si le das juguetes de plástico y pilas eres un irresponsable que no cuida el desarrollo sensorial de tu hijo. Si pasas de todo, es que eres una mala-premadre o directamente una mala-madre (ambas dichas sin ironía como se leerá al final). Si eres primeriza no tienes ni idea de nada. Si es el cuarto como ya lo has pasado todo pues nada, la gente hasta pasa de ti…Sigo?

Yo lo digo siempre, cuando el «predictor» sale rosa hay que posicionarse. Nos guste o no. Seréis unos padres de Estivill y por ello conductistas , o preferís ser unos padres respetuosos (hippiosos) y comeros los libros de Carlos Gonzalez y de Rosa Jove?

Una vez tomada la decisión no hay vuelta atrás, o eso parece: en la red, en las reuniones con amigos, en la sala de espera del pediatra y hasta en la puerta de tu casa cuando viene a verte  el cartero…Así estamos (hasta cuando?)

La peor de las guerras, para mi, es la lactancia. Debería ser el tema tabú de la gente educada.
Todo el mundo sabe y opina de TU lactancia o su ausencia…La familia, el vecino, el pediatra (que es el que sabe de enfermedades y no de alimentación, no nos olvidemos), la señora que te encuentras en la farmacia, el panadero y hasta, de nuevo, el cartero…
Está de moda, en los ascensores antes se hablaba del tiempo, y ahora de Tu lactancia o su ausencia.

Desde éste mi blog, se respetan todas las opciones, porque entendemos y respetamos las circunstancias de cada mamá, otra cosa es que obviamente yo piense o actúe de esa forma o no, solo faltaba, pero el respeto siempre está por delante. Para mi es fundamental, y me muerdo la lengua muchas veces (no siempre sorry), pero entiendo que cada uno hace lo que cree que es lo mejor para sí y para su bebé, aunque yo lo haga de otra manera o piense diferente…pero cada uno tiene bastante con su bebé.

Yo quería y me preparé para tener un parto lo más natural posible. No pudo ser por problemas medicos que no me permitieron ni siquiera poder llegar al final de mi embarazo.
El Hijo tuvo que nacer de forma prematura mediante una inducción de 42 horas en las que me pasé unas 30 «atada» a la cama…Pero no porque en mi hospital no me respetaron, ni por gusto de los médicos (pobres)…Es que mi cuerpo no lo soportó y necesité toda la medicación del mundo. No fue culpa de nadie, simplemente mi cuerpo se plantó, no pudo aguantar.
Yo solo pensaba en mis apuntes (que llevaba en la mochila), en no estar atada, en usar la bola de pilates para dilatar, en las posturas que nos habían enseñado, en los masajes que el Sr. Esposo había aprendido para ayudarme a soportar el dolor …Pero nada de eso pudo ser.
Después de 42 horas El Hijo salió por fin, y no pude estar con él. No pude olerle, sentirle, hacer nuestro piel con piel, ponerle al pecho…Ni mirarle a la cara. Era un parto de riesgo y se lo llevaron a revisarlo urgentemente. Yo soñaba con ese momento mágico…Pero nada de eso pudo ser.
Las horas más eternas de mi vida fueron las que me dejaron en la habitación donde di a luz mientas que mi hijo estaba siendo revisado y le metían en la incubadora.
Tardé en poder coger a mi hijo 3 días, 7 en verle la cara sin cables y 16 en poder traérmelo a casa.

Lo único que ha salido, casi, como yo quería en todo esto es mi nuestra lactancia…Y se la debo a las pezoneras, sin ellas no lo hubiese conseguido.

Por eso mi nuestra lactancia (y mis nuestras pezoneras )son lo más importante.
No me importa que coma cada dos horas, no me importa tener pezoneras repartidas por todos lados, no me importa levantarme por la noche, no me importa darle de comer donde sea, no me importa esperar para hacerme ese empaste que tengo medio pocho, no me importa no ir a cenar a ningún sitio porque El Hijo duerme (últimamente y no siempre) de 8 a 10 horas y con eso no se juega…

Para mí la lactancia es lo único que me ha salido bien en toda ésta historia y es súper importante para mi.

Desde aquí y desde donde sea lo digo y lo diré…Hoy por hoy no le voy a dar biberón a El Hijo, porque no tengo nada mejor que hacer más que darle el pecho a mi bebé y porque, lo reconozco, me da pánico cargarme lo único que me ha salido bien.

Pero eso no quiere decir que no entienda otras posturas. Ésta es la mía y es igual de válida o no que el resto.

No soy una talibana de la leche, no soy una extremista, no soy la mejor madre del mundo ni lo seré…Solo intento mantener lo único que me ha salido bien.

Me declaro malamadre y a la vez súper mami de Uxío. Y todo es posible.

Esto no va por nadie, y va por todos.

Laurys & Co

xxx

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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